Lo primero que debemos saber es por qué limpiar las piedras. Al ser productos de la naturaleza, reciben energía propia de su lugar de origen, como sol, lluvia, polvo, viento, madriguera de animales, etc., luego al estar en la tienda, recibe energía de gente que la toca, que las mira, se caen y un sin fin de cosas.
Para limpiarlas es muy sencillo, primero ponemos en un cuenco de vidrio sal en granos y agua y ahí metemos nuestras piedras, preferiblemente toda la noche a la intemperie y las sacamos antes de que el sol les de directamente.
Las lavamos bajo el grifo de agua, que corra el agua. Luego podemos ponerlas al sol unos 10 minutos, que reciban la energía, que se calienten poco, pero no demasiado.
Para programarlas, las ponemos en nuestra mano izquierda, ya que es el lado receptor de nuestro cuerpo y en nuestra mente decimos el propósito en que queremos que nos ayude.
Cada piedra nos ayuda a un propósito, lo mejor es programarlas según en lo que ayudan y la idea es que esas piedras programadas nadie las toque.
Hay casos en que las piedras están montadas en bisutería, que la sal dañaría, para eso la pueden pasar 7 veces por incienso de Sándalo y ya luego seguir el procedimiento de programación.